
Autostop por Asia Central
Como entendemos el autostop
Este artículo se lo dedicamos a las personas que nos han ayudado, sin ellas, no sería posible nuestro viaje. Personas anónimas que ayudan por el simple hecho de ayudar, más allá de las distintas culturas, ideologías o religiones. Nosotros creemos que ayudar es algo humano, algo que tenemos dentro como los animales sociales que somos. Es justamente esa cualidad la que hizo que los seres humanos destacaran entre otros animales. Cuando estudiamos historia vemos la importancia que siempre ha tenido el grupo, desde los pequeños grupos tribales de la antigüedad a las complejas sociedades modernas.
Cada día que pasa de nuestro gran viaje, nos damos cuenta de que el mundo está lleno de personas buenas, no nos mueve solo el interés económico, hay más tipos de intereses. Uno de ellos, que consideramos fundamental a la hora de hacer autostop es la curiosidad.
En el autostop nos ayudan sin ningún beneficio económico, a cambio simplemente el hecho de ayudar y compartir experiencias, creencias, ideas… El placer de hablar con alguien que viene de una cultura diferente, poderle preguntar libremente sin intermediarios y la tolerancia que ello implica. El autostop nos ayuda a creer en la humanidad y a sentir más cerca aquellos pueblos que antes veíamos tan lejos.
No creemos que sea por azar, casi todas las personas que nos llevan son gente curiosa y valiente. Esto en muchas ocasiones se ve reflejado en sus vidas. No suelen ser gente que le vaya mal, tampoco suelen ser personas llenas de odio y críticas, mas bien, personas con una gran curiosidad. En su mayoría son personas cultas, emprendedoras, creativas, que de un modo u otro rompieron la barrera del miedo en sus vidas y eso les llevo a algo. ¿Curioso verdad?
A continuación os contaremos la historia de uno de nuestros días haciendo autostop. Es uno de los muchos días que llevamos enriqueciéndonos de los que, por azar o destino, nos ayudan en nuestro viaje. Ellos son junto a nosotros los protagonistas. En todos nuestros viajes nos pasaron muchas cosas surreales, pero lo que mas nos llamo la atención fue descubrir tanta bondad en nuestro mundo. Esta bondad tan habitual, a veces olvidada en nuestras sociedades desarrolladas, debido al constante bombardeo de noticias negativas, que nos provocan inseguridad y desconfianza.
Un día de Autostop por Asia central
Salida de Kirguistán
Amanecimos en casa de lo que ya es un amigo, Max. El decía que le llamáramos Maximiliano el gladiador, en alusión a Francesca (italiana) y Fernando (español) de donde venía Maximiliano. El es un uzbeko nacido en Kirguistán con la ciudadanía rusa. Vive con una pensión rusa en Kirguistán, su país natal. Fue un alto cargo del ejército ruso y participó en varias guerras. De ninguna de ellas salió ni contento, ni sin ninguna reflexión. Aunque con el nacionalismo propio que el ser militar implica, siempre habló con tolerancia y respeto, algo que nos gustó, mas en estos tiempos donde está abierta la guerra entre Rusia y Ucrania con la participación indirecta de países europeos. Era un hombre de gran cultura, compartió con nosotros miles de anécdotas y enriqueció nuestra opinión sobre muchos temas.
Le conocimos haciendo autostop, en una situación surreal, como muchas veces se dan en este medio de transporte. El venía con sus amigos de Arslanbob un pueblo de mayoría uzbeka en las montañas de Kirguistán, sin pensarlo dos veces comunicándonos con las pocas palabras que sabemos en ruso, nos subieron al coche. Estuvimos un buen rato hablando con la ayuda del traductor, nuestro nivel horrible de ruso o el suyo igual de malo de inglés. Pero nos entendimos y acabaron invitándonos a pasar la noche con ellos. Varios de los amigos que viajaban en el coche tenían curiosidad sobre nosotros y querían conocernos, nos alojaron y nos trataron como sus huéspedes.
Primero nos llevaron a casa de Bactia con su familia. Donde nos presentaron toda la familia, pasamos una noche entretenida entre risas, intentos de comunicación y una comida riquísima que prepararon para todos esa noche. Todavía recordamos entre risas como el momento en que Francesca llamó a su familia y se los pasamos al teléfono. Bactia, bromeando y consciente de la opinión que a veces se tiene de estos países por desconocimiento, bromeó con que nos había raptado y pedía un rescate. Obviamente pronto acabó la broma y seguimos con la videollamada entre risas. Después nos hicieron la habitación y nos dejaron dormir juntos. Algo que no es habitual en el país, sobre todo para parejas jovenes.
Al día siguiente, apareció Max en casa de Bactia, nos invitó a pasar un día en la casa de Max con su familia. En este caso si que nos pusieron en camas separadas, dejando claro que esto era una cuestión de respeto a su cultura, cosa que entendimos totalmente. La hospitalidad fue increíble nos dieron de probar las cosas típicas, nos enseñaron todo lo que sabían y nos presentaron a todas las personas del pueblo. Por la mañana después de un desayuno increíble que preparó su mujer con mucho amor, Max nos llevó a la frontera. Nos despedimos entre abrazos prometiéndonos seguir en contacto.

Primera frontera: Kirguistán-Uzbekistán
Cruzamos por primera vez a Uzbekistán, nuestra idea era pasar dos fronteras ese mismo dia, con Tayikistán como destino final. Escribimos un articulo sobre como cruzar ir de Kirguistán a Tayikistán.
Kirguizistán y Tayikistán tuvieron una disputa (pequeña guerra) en 2022, en la actualidad solo tienen tres fronteras abiertas para el turismo. La tercera necesita un permiso para entrar a la zona del Alto Badajshán, el lugar donde se encuentra la famosa cordillera del Pamir. Si no quieres estar en medio de agencias de viajes kirguizas sacándote dinero la mejor opción es hacer el permiso para ir a esta región en Dushanbe (capital de Tayikistán). Hacia allí íbamos. Por lo que debíamos primero cruzar la parte de Uzbekistán llamada valle Ferganá, así posteriormente entrar a Tayikistán.
Valle Ferganá, una parentesís hístorica
El valle Ferganá en la actualidad esta dividido entre las tres republicas exsoviéticas de Kirguistán, Uzbekistán y Tayikistán. Este territorio es la principal causa de las disputas en la región. El valle Ferganá fue muy conocido en la antigüedad, siempre fue un valle muy fértil, por donde circula el rio Yaxares (Sir daria), uno de los dos grandes ríos de la región. A esto debemos añadir que la zona es un vergel rodeado por enormes montañas, convirtiendo esta zona en un lugar de paso entre oriente y occidente muy importante. Su historia de civilizaciones se remonta a hace mas de 2300 años, cuando a la zona la denominaban Davan, este ya en esa época era un centro muy importante de agricultura y artesanía. Posteriormente fue parte de la región llamada Sogdiana. La Sogdiana abarcaba una zona extensa donde también encontramos las actuales ciudades uzbekas de Bujará y Samarcanda. Aunque la Sogdiana nunca estuvo unida políticamente, si compartía rasgos culturales muy importantes con las ciudades que abarcaba, entre a los ríos Oxus (Amu daria) y el Yaxares (Sir daria), podríamos compararlo con las ciudades estado griegas.
Los sogdianos eran un pueblo iranio, y su idioma, ya extinto era una lengua irania de las más importantes junto al persa medo y al parto. Esta región además de su importancia en la agricultura y artesanía empezó a ganar influencia gracias a su desarrollo científico y la calidad de los caballos de la región, tan codiciados para las guerras de la época como para el desplazamiento.
Posteriormente la región de sogdiana fue conquistada por los griegos de Alejandro Magno, y esta región se unió a la que estaba al sur de esta, llamada Bactria. Bactria es otra región de pueblos iranios, de donde se dice que vienen los tayikos y que su antigua capital Balkh se sitúa en la actual Afganistán. Son estas dos regiones las que Alejandro Magno junto en una satrapía (la unidad regional en la que se baso el imperio de Alejandro, una estructura proveniente de los persas). Además cabe destacar que la esposa de Alejandro magno, Roxana, era la hija de un noble bactriano.
Nos gusta mucho la historia de esta zona del mundo, tan importante como desconocida. Pero queremos continuar contando nuestro día de autostop. Si queréis aprender mas sobre la región, sabéis que nos gusta subir videos informativos a nuestro canal de Youtube, también os recomendamos los videos de Eva Tobalina sobre la ruta de la seda. También os recomendamos el libro “Ex oriente lux”, también llamado “El iluminismo perdido de Asia central”, este libro habla a fondo sobre toda Asia central, a nosotros nos ecanto y nos ayudo mucho a entender mejor la región.
Seguimos: Autostop por Uzbekistán
Siguiendo nuestro camino, nada más entrar a Uzbekistán conseguimos un coche, pero por desgracia la comunicación fue difícil. El conductor solo iba al pueblo de al lado donde amablemente nos llevó. Era un buen punto para conseguir otro coche, ya que las fronteras muchas veces son difíciles, se acumulan taxis que no te dejan hacer autostop tranquilo. Este hombre nos llevó con una sonrisa y nos dejó cerca de la estación por si queríamos tomar un transporte publico. Nos decía cosas en uzbeco, pero obviamente no le entendíamos, sabíamos lo que quería hacer y explicarle que no queríamos ir allí, si no a otro lado para hacer autostop hubiera sido largo y quizá nunca nos hubiera entendido, por lo que ese punto de ese pequeño pueblo nos pareció perfecto.
Nuestro viaje es en autostop, y este nos encanta, por lo que obviamente no cogimos un transporte publico, andamos un poco para salir de la estación de autobuses (lo llamo así, para facilitar la comprensión, pero no tiene nada que ver con una estación de autobuses occidental, ni con una parada). Era simplemente un sitio en medio de la calle donde los locales saben que pasa un transporte, que a su vez, tampoco se parece a un autobús jajajaja, sino mas bien a una furgoneta, muy parecido a lo que en zonas de influencia soviética se llama Marshrutka. Salimos de allí buscando un buen lugar para empezar a hacer dedo. Empezamos a andar y…pum, sorpresa, una chica corre desde el otro lado de la carretera hacia nosotros. ¡No habíamos empezado a hacer dedo todavía y ya teníamos otro coche!.
La chica iba con su familia a otro pueblo, ella hablaba un inglés perfecto. En el trayecto, a medida que nos explicaba más cosas sobre su cultura, sobre donde ir, y preguntas sobre nosotros, nos contó que era profesora de ingles. Dentro del coche donde iban eran muchos, ella sin dudar le preguntó a la familia si podíamos ir con ellos. Como suele pasar en estos países, sin dudar hicieron un hueco para nosotros y nuestras mochilas. Van en nuestra dirección, así que allá fuimos, con ella, con su madre, con el padre y con otros 4 niños.
Llegamos hasta otro pueblo, como de costumbre nos dejan donde los taxis/buses. Quien hace autostop sabe que este es el peor sitio, nadie te llevará gratis en este lugar. De hecho al ver un turista occidental te convertirás en una moneda a la que todos quieren. Como de costumbre, empezamos a andar para encontrar un sitio mejor.
No muy lejos de allí, a cinco minutos a pie, levantamos el dedo. Dos jóvenes paran, ambos de 19 años, dos amigos del barrio que estudiaban juntos finanzas. Entre los dos han montado una empresa de logística, nos sorprende su capacidad emprendedora con su joven edad, en un país como Uzbekistán. En Uzbekistán el matrimonio es lo primero nos cuentan, pero ellos no piensan todavía en casarse, piensan en negocios y prosperar. Ir a otros países y aprender mas cosas antes de tener una vida estable. Hablan multitud de idiomas, y mantenemos una bonita conversación con ellos, una conversación que se sale de la norma (muchas veces en países mas tradicionales nos cuesta que la conversación vaya mas allá de familia y trabajo). Con ellos la conversación fluye y hablamos de intereses, aficiones, política, y miles de curiosidades que no explicare aquí para que no alargar mucho el articulo, pero que sin duda nosotros recordamos.
Nos dejan en un sitio perfecto para nuestro destino, no sin antes, comprarnos una bolsa con bebidas y comida que no nos dejan rechazar.
Esta zona es una región de asentamientos humanos muy antigua. En lo que a nosotros nos concierne, es que debido a ello, hay mucha población, por lo que debemos subir y bajar de muchos coches. Hay muchos desvíos, poblaciones, etc… y no una sola carretera en una dirección, lo que lo hace mucho más dificil. Quién ha hecho autostop sabe de que hablo.

Un hombre nos sube a su coche, como siempre hablamos con el, le explicamos que hacemos autostop, en muchos países no se entiende el concepto, por lo que siempre intentamos ser claros, no pagamos por el desplazamiento. Nos lleva sin problema y nos acerca un poquito más a nuestro destino, son apenas unos km pero nos vale para colocarnos en un lugar mejor para continuar. Como curiosidad nos deja cerca del aeropuerto de Andijan, ciudad por la que mas tarde volví a pasar y justo allí, me dejó el coche donde iba haciendo autostop. De hecho esa segunda vez en la ciudad coloque allí mi tienda de campaña y pase allí la noche.
Esta primera vez todavía es temprano, tenemos tiempo, así que volvemos a hacer autostop. Pasa un rato, unos paran, preguntan, algunos no van en nuestra dirección, otros quieren dinero… En un momento paran dos coches a la vez, Francesca consigue uno y yo otro, los dos nos llevan, pero obviamente elegimos uno y esperamos que vaya bien.
El principio del autostop siempre es lioso, nuestro uzbeko es de números, gracias y poco más. Nuestro ruso no es mucho mejor y el traductor es lento. No podemos dejar mucho tiempo a un coche parado en medio de la carretera así que ese tiempo es crucial, hay que ser ágil mentalmente, poco a poco te vas aprendiendo trucos. Si no eres rápido el coche se acabará yendo. Entramos al coche y conocemos a una persona increíble. Investigador agrónomo en la universidad de la ciudad donde nos encontrábamos, había estudiado durante 9 años de universidad, máster y cátedra. He iba a empezar a enseñar. Pensamos que nos llevaría un poco, y donde nos dejara, volveríamos a hacer autostop como de costumbre.
Nuestro nuevo conductor de nombre Xumoyun (nombre uzbeko derivado del persa que significa afortunado o bendecido) había dicho que no continuaba mucho en nuestra dirección, o eso creíamos ya que muchas veces las conversaciones que llegamos a mantener son bastante confusas.
En un sitio paramos, suponemos que nos lleva hasta allí, pero nos dice que no bajemos. Al rato vuelve con unos helados y nos da la noticia. Nos lleva hasta nuestro destino, a 3 horas del sitio donde nos encontramos y luego vuelve… ¿Que? Nos quedamos boquiabiertos y le decimos que no lo haga infinidad de veces, que encontramos otro coche. Pero el no cede, nos lleva y de camino comprando mas comidas típicas para que las probemos. Nos habla de igualdad, de ayudar, de ser buenos unos con otros, de su familia, política, geografía, etc…. llama a su mujer, que resulta tambien es profesora de inglés jajajaja, la segunda profesora de ingles que conocemos en el día. Gracias a ella tenemos una conversación mucho mas fluida. Además nos hace ilusión encontrar a dos mujeres con formacion en estas tierras, ya que el valle fergana es conocido por su gran fe en la religion musulman.
Nos explica sobre su tierra, lo especial que es el valle Ferganá, desde el punto de vista de la agricultura y de ahi su importancia historica. El es profesor de la universidad de ingenieros agronomos, es curioso hablar de el sobre este gran valle. Con una conversacion mas o menos fluida por la barrera del idioma, pero que no se nota tanto cuando las ganas de comunicarse la superan. Juntos llegamos a la frontera con Tayikistán.
Hace mucho que aprendimos que las cosas viajando no siempre salen como uno quiere, hay que adaptarse, y la situación de la información en algunos paises es complicada. Pues bien esta vez no fue una excepción y la frontera estaba cerrada para turistas… mierda! Tenemos que ir a otra, nuestro conductor no nos quiere dejar y nos acerca un poco a la siguiente frontera, en el cruce antes de llegar le decimos que no se preocupe mas, todavia queda una hora para que cierren la otra frontera, y nos da tiempo a conseguir otro coche. Entre grandes abrazos nos despedimos de la persona que ha dedicado 6/7 horas de su vida simplemente en ayudar a unos desconocidos. No nos ha dejado ni pagar la gasolina, o el gas mejor dicho ya que en Uzbekistán todos los coches funcionan con gas, y este es realmente barato. Le damos infinitas gracias y volvemos a hacer autostop.
En el cruce vemos a un joven, está dejando a una mujer en su casa, nos dice que va cerca y no nos puede llevar un poco mas a nuestro destino, solo un poco, pero como de costumbre, sorpresa! sigue para delante y nos lleva hasta la frontera entre risas, con una de las conversaciones tristemente mas comunes en nuestros viajes, pero que acabas cogiendo cariño por todas las veces que te a ayudado en tu camino. Nombrando jugadores de fútbol y equipos de futbol, a veces me he planteado que la ciudad de Madrid sea más conocida por el equipo de futbo que por ser la capital de España.
Segunda frontera: Uzbekistán-Tayikistán
Entramos a Tayikistán por primera vez, conseguido, dos fronteras en un día. Queremos llegar un poco al sur, acercarnos un poco a Dushanbe, la capital del país. Allí, queremos hacer la documentación necesaria para llegar al Pamir, una carretera que atraviesa estas montañas que desde hace mucho se convirtió en una de nuestras metas viajeras. Acabamos de entrar al país, es pronto para sacar conclusiones, pero solo por la frontera vemos que a primera vista, Tayikistán da la sensación de ser mas pobre que sus vecinos. Esta realidad aunque la fuimos descubriendo poco a poco.
Una vez con los sellos en nuestro pasaporte, pasamos la zona de taxis y hacemos dedo. Conseguimos otro coche. Un hermano y una hermana con 3 niños, nos llevan. No tenemos internet por lo que nos entendemos como podemos en ruso. Nos llevan hacia donde van, unos pocos kilómetros mas, hasta el siguiente pueblo. De camino les pedimos ir a un banco a sacar dinero y les preguntamos por la mejor tarjeta sim para el país. No se cómo, quizá es la costumbre, pero la comunicación funciona y nos llevan a un cajero. También nos explican que las tiendas de tarjetas sim cierran a las 18.00, nos aconsejan ir mañana y la compañía que mejor funciona donde vamos. Aunque hemos de admitir que este consejo fue realmente malo, compramos la sim de la peor compañía jajaja, no tuvimos cobertura nunca fuera de Dushanbe. Pero estamos seguros que su intención era la mejor.
Salimos del coche, nos dejan al lado de una cajero, sacamos dinero, avanzamos un poco y hacemos dedo. Estamos en un pueblo de esos que nunca hubieras llegado si no fuera por el autostop. EL pueblo no es enorme pero tampoco pequeño, no sé si sería considerado ciudad, no tardamos mucho en colocarnos en un buen sitio para volver al autostop. Parece mas pobre que de la zona que venimos de Uzbekistán y nos recuerda a zonas ya pasadas de Kirguistán.
Mientras esperamos, pasa un tiempo entre sonrisas e indicaciones que hacemos a los conductores y que amablemente nos contestan con el dedo de que van a la misma ciudad. Para un coche, dice que nos lleva pero se da la vuelta en dirección contraria, le preguntamos que ¿por qué?, seguimos sin internet por lo que usamos el ruso como comunicación y un traductor malo sin conexión. Resulta que nos paga un taxi compartido, nos lleva al sitio para cogerlo y no acepta un no por respuesta. El es el alcalde del pueblo donde estamos. Tenía un uniforme extraño con la bandera, pero no sabíamos que fuera una persona importante.
Después de darle las gracias, el nos responde con una frase muy habitual en los países de Asia central, vosotros sois nuestros huéspedes, y por ello quiero que estéis bien y tengáis un buen viaje. Montamos en el taxi compartido que nos lleva hasta el destino, no es nuestro destino final, si no por el que preguntamos al alcalde cuando hacíamos dedo. Khodjent es una ciudad que está de camino a Dushanbé, nuestro destino final y dónde realizaremos el permiso para poder entrar a la región de alto Badajshan, donde se encuentra la carretera que cruza el famoso Pamir.
Llegada a Khodjent
Llegamos al atardecer, estábamos cansados y queríamos acampar pero estamos en una la ciudad y eso siempre tiene sus complicaciones. Las ciudades son siempre complicadas para dormir gratis, pensamos en buscar parques, etc. pero las ciudades suelen ser también más peligrosas. Al lado de donde nos deja el taxi compartido, hay una plaza sin asfaltar y un bar. Parece cochambroso, pero simplemente es Tayikistán, nosotros estamos acostumbrados a sitios así, sabemos que no tiene nada que ver con lo que asociamos a criminalidad en occidente, simplemente es un sitio humilde en un país humilde, aunque su capital no lo parezca.
Decidimos ir hacia el bar. Le enseñamos la tienda y rapidísimo nos entiende, solo nos dice aquí y allí. Refiriéndose a dos puntos de su terraza techada del bar donde podemos poner la tienda. Posteriormente nos invita a sentarnos en la terraza de su bar. Después de varias muestras de amabilidad increíble, acabamos cenando allí, queremos compensar de alguna manera esta amabilidad. Pero la verdad, estamos acostumbrados a que su hospitalidad es honesta y sabemos que no quiere nada a cambio. Cenamos en la terraza del bar, mientras gente de dentro del bar sale a saludarnos. Nos atiende su hijo pequeño con un sonrisa increíble que se le pone al vernos. Obviamente en Europa seria raro que un niño tan pequeño te atendiera, pero en estos países es la regla general, el bar es de una familia y toda la familia trabaja. No debe haber pasado por aquí nadie extranjero en mucho tiempo o nunca, obviamente sienten curiosidad.
Algunos de ellos recuerdan a los talibanes de las noticias y no es de extrañar. Los tayikos a diferencia de los Uzbekos o Kirguizos vienen de los persas como los afganos. Y su idioma, el tayiko se parece al pasthun o al dari hablados en Afganistan o norte de Pakistán. Este es el límite con los pueblos turquicos como los Kirguizos, uzbekos, kazajos o turkemenos con los pueblos que mantienen una lengua persa como Iran, Afganistán o el mismo Tayikistán. El chavalito nos sirve la comida, majísimo, ilusionado por conocernos, el es el único que sabe escribir en ruso, ya que los demás no saben escribir y eso es lo que nos ayuda a entender el menu.
El hombre nos enseña los baños, también nos enseña donde duerme el para que sepamos que no tiene mas camas y nos repite con una sonrisa varias cosas que entendemos como que el está en el sitio para lo que necesitemos. Si necesitamos cualquier cosa por la noche, solo tenemos que avisarle.
Este fue uno de los días mas completos que tuvimos haciendo autostop, un día lleno de experiencias, pero tenemos miles. Tantas experiencias surreales que se acumulan y a nosotros nos parecen normales, pero que somos conscientes de que muchos ni siquiera son capaces de imaginar.
Conclusión
Podríamos llamarlo suerte pero esta suele ser la realidad, sobre todo en una zona tan hospitalaria y sin turistas como es asia central. Lo único que hace falta es romper esa barrera que nos da comunicarnos con un desconocido. Cuando llegamos a un sitio y décimos que hacemos autostop la primera respuesta siempre es la misma. ¿Sin dinero? Aquí nadie te va a llevar, eso se hacía antes, pero ya no. Puede que en otro país funcione, pero no aquí.
Todo lo contrario, nuestra media de espera es bastante baja, es verdad que simplificar el autostop está muy alejado de la realidad. La manera en la que hacerlo y perfeccionarlo te reduce muchísimo los tiempos de espera. Pero nuestro viaje nos demuestra algo. Exponerse, preguntar, es algo que se está perdiendo y que cuando lo hacemos, nos damos cuenta de que la gente dispuesta a ayudar es mucha más de los que creemos, el contacto con las personas es algo que necesitamos como seres humanos, nos hace compartir experiencias, aprender, empatizar, y por ello conocer mejor una cultura entender sus diferentes realidades.















