Durante nuestro viaje al oeste de China, descubrimos esta ciudad tibetana casi por casualidad. Tras completar el proceso de extensión del visado en Chengdu y obtener un visado turístico adicional de un mes, continuamos hacia el norte de Sichuan. Tras una indecisión inicial sobre qué carretera tomar, fue el destino el que nos condujo a Langmusi. El camión que nos recogió haciendo autostop se dirigía en esa dirección. Xing, nuestro couchsurfer en Chengdu nos había hablado bien del lugar y decidimos visitarlo. Nos dimos cuenta más tarde de que merecía la pena. 

Tras pasar la noche en el camión averiado en medio de la vasta pradera del norte de Sichuan, llegamos a Langmusi. La vista de monasterios y montañas parecidas a los Alpes suizos fue una agradable bienvenida a la ciudad tibetana. En Langmusi no sólo habitan budistas tibetanos, de hecho éstos conviven con musulmanes de la etnia hui. Lo mismo ocurre en otras zonas del sur de Gansu, como Xiahe. Fue curioso ver una mezquita construida junto a un monasterio budista. Mujeres con hiyab y otras con túnicas largas y una manga atada a la cintura, una prenda típica tibetana. 

Langmusi se encuentra en la región de Amdo del Tíbet cultural, en la frontera con el Khamp. Si te interesa saber más sobre el Tíbet cultural, eche un vistazo al artículo sobre el tema. 

¿Cómo llegar a Langmusi?

Langmusi está situada en una zona fronteriza entre dos provincias chinas: Sichuan y Gansu. La ciudad está atravesada por el río Bailong, que divide las dos provincias. 

No hay trenes ni aviones para llegar a Langmusi. Si desea llegar en transporte público, es necesario viajar en autobús. 

Desde Chengdu, se puede viajar en autobús hasta Langmusi, haciendo transbordo en Ruorgai. En nuestra opinión, esta ruta fue una de las más bellas paisajísticamente de nuestro viaje a China. 

Desde la estación de autobuses de Chengdu Chadianzi salen dos o tres autobuses al día hacia el condado de Ruorgai y desde allí encontrarás el mismo número de autobuses hacia Langmusi. La distancia total es de unos 550 km y la duración del viaje de unas 10 horas. 

También puedes tomar un taxi, que le costará unos 700 yuanes. 

Para los más aventureros y los que tienen un presupuesto ajustado, siempre existe la opción de hacer autostop, que a nosotros nos funcionó a la perfección. Salvo imprevistos, como la avería del camión, ¡jajaja! 

También se puede llegar en autobús desde Lanzhou (capital de Gansu) haciendo transbordo en Xiahe. 

Mejor momento para visitar Langmusi

Dada la situación geográfica de la ciudad, enclavada en las montañas y rodeada por la meseta tibetana, a unos 3.400 metros de altitud, el verano es la mejor época para visitar Langmusi. 

De hecho, durante junio y julio, las temperaturas son más altas que durante el crudo invierno y se puede disfrutar de la verde extensión de praderas y montañas con más vegetación. 

Visitamos la ciudad meridional de Gansu a finales de abril. Las temperaturas eran bastante altas durante el día (alrededor de 15° Celsius), mientras que por la noche descendían mucho, llegando a 0° Celsius. No encontramos nieve en Langmusi, pero nevó de camino hacia allí y en los días siguientes en otras localidades de Gansu. 

En nuestra opinión, los picos nevados confieren cierta magia a lugares como Langmusi, pero eso depende de los gustos. 

Qué ver en Langmusi

1. Kirti Gompa

Es uno de los monasterios más importantes de la secta Gelug en la Prefectura Autónoma Tibetana de Aba. Kirti Gompa se encuentra en la provincia de Sichuan, mientras que Serti Gompa está en la provincia de Gansu. 

Construido hace más de 600 años, el monasterio ofrece un agradable complejo de templos y pagodas, destino de peregrinación para muchos creyentes. Esto se debe también a la presencia de las reliquias de un Buda vivo que se abren al público cada 3-5 días. Además de templos budistas, en el Kirti Gompa hay institutos monásticos de filosofía, teología, medicina y otras materias. 

Entrando en el complejo del monasterio, siguiendo el arroyo, se llega a la Cueva del Tigre, cerca del pequeño puente. Entrar en la cueva fue una experiencia única. Los devotos agachados, dada la altura de la entrada, entran en la cueva recitando oraciones y tocando las paredes consideradas sagradas. Luego se arrastran hasta una de las pequeñas cavidades de la cueva, de la que salen deslizándose sobre el vientre. Nos intrigaba observar a personas mayores realizando tales gestos devocionales que implican cierto esfuerzo físico. Pero, tras observar la forma tradicional de rezar de los fieles, uno se da cuenta de que el esfuerzo físico es una parte fundamental del ritual, al igual que las peregrinaciones. 

Haciendo una corta caminata desde la Cueva del Tigre, se puede recorrer el desfiladero de Lhamo rodeado de enormes piedras y una vista impresionante. 

La entrada al monasterio cuesta 40 yuanes. Nos enteramos de que había un precio de entrada en los días siguientes, ya que en la entrada del Kirti Gompa nadie nos paró para pagar el billete.

2. Serti Gompa

El segundo complejo monasterial de Langmusi se encuentra a mayor altitud que el primero y ofrece espectaculares vistas de monasterios y montañas. 

La Serti Gompa se encuentra en la provincia de Gansu y también pertenece a los devotos de la escuela Gelug, también conocida como la escuela de los sombreros amarillos, dado el color del tocado de los monjes de esta orden. 

Los templos de este complejo monasterial se caracterizan por sus tejados dorados. A 40 minutos a pie del monasterio hay una plataforma dedicada a la práctica del entierro celestial. Esta práctica funeraria adoptada por los tibetanos consiste en hacer volar al difunto hacia el cielo por medio de grandes aves rapaces que se alimentan del cuerpo sin vida. La plataforma es una de las pocas abiertas a los turistas que quieren ver por sí mismos esta tradición funeraria. Normalmente, el entierro celestial se realiza a primera hora de la mañana, en torno a las 07:00/09:00. Para conocer la ubicación exacta, puede consultar MapsMe (34.102695, 102.626535 coordinadas). 

La Serti Gompa cobra una entrada de 40 yuanes. Para quienes viajen con un presupuesto ajustado, no será difícil encontrar entradas secundarias.

3. Coexistencia entre el pueblo Hui y los tibetanos

Los hui son la minoría musulmana más numerosa de China, seguida de los uigures. Aunque pocos descienden de los chinos Han, convertidos al Islam, la mayoría desciende de los comerciantes, artesanos y eruditos musulmanes que llegaron a China desde Persia y Asia Central entre los siglos VII y XIII a través de la Ruta de la Seda. 

Sus antepasados se mezclaron con los chinos han, los mongoles y los uigures, asimilando poco a poco sus costumbres. Los hui adoptaron el mandarín como lengua materna y modificaron sus prácticas islámicas para adaptarlas al confucianismo. El mejor ejemplo es la gran mezquita de Xian, que se asemeja mucho a la arquitectura tradicional china.

En la actualidad, la mayoría de los hui viven en el noroeste de China, en provincias como Ningxia, Gansu, Qinghai y Xinjiang. Pero hay comunidades más pequeñas en casi todas las demás regiones. En apariencia y sangre, los hui son hoy más parecidos a los chinos que a los persas o centroasiáticos. Rara vez sufren restricciones a su libertad religiosa y practican su fe abiertamente.

 Los hui suelen vivir en comunidades exclusivamente musulmanas alrededor de una mezquita. Estas comunidades pueden consistir en pueblos, calles o barrios enteros en las grandes ciudades.

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